El ser humano está conectado al campo magnético de la Tierra

En 1992 el Instituto de Tecnología de California publicó un descubrimiento que demostró la existencia de magnetita en el cerebro de fallecidos, aproximadamente 5 millones de partículas por gramo de cerebro, mucho. Las meninges contenían 100 millones.

Hoy se sabe que la magnetita reacciona fuertemente al campo magnético exterior, con una intensidad un millón de veces superior a la de cualquier otro mineral.

Los investigadores no quisieron establecer que habían encontrado el sentido magnético de las personas. Pero se puede afirmar que el ser humano como muchas especies animales, dispone de muchas antenas magnéticas. En base a estas antenas es posible que el campo magnético de la Tierra ejerza una influencia sobre las personas y que la manera de pensar y de actuar de las personas tenga su efecto sobre el campo magnético de la Tierra.

En el libro ‘Origen y formación de las enfermedades’ leemos: "El ser humano es un cúmulo de energías que según sea su forma de pensar y de actuar, crea sus propios campos de energía, sus campos magnéticos. Por consiguiente cada ser humano tiene sus campos energéticos y magnéticos de acuerdo a su forma de pensar y actuar. Entre sus campos magnéticos y los campos magnéticos de la Tierra existe una acción recíproca constante: las reacciones de la Tierra se transmiten al ser humano y la forma de actuar del ser humano se traspasa a la Tierra. Lo que el ser humano le hace a la Tierra se lo hace a sí mismo debido a la correlación ser humano-Tierra".



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